Un joven de 27 años fue brutalmente golpeado en un boliche de San Antonio, provincia de Río Negro, y otra vez quedó en el centro de la polémica el protocolo aplicado por los custodios.
La primera agresión ocurrió adentro, cuando un hombre se acercó de repente y le desfiguró el rostro con un cabezazo. Los empleados de seguridad intervinieron y lo sacaron del lugar, pero en la calle la víctima quedó más expuesta, porque su agresor salió y continuó con la golpiza. Sin que ninguno de los testigos interviniera, lo siguió golpeando incluso cuando ya se había desplomado.
El fiscal de turno de Viedma ordenó la prisión preventiva para el agresor y solicitó que se abra una investigación. Ya está detenido y a la espera de una acusación formal. El joven agredido fue trasladado a la capital rionegrina para que le realizaran una tomografía ya que presentaba muchos y graves golpes en la cabeza.