Isabel Salazar (52), pareja del pastor evangélico Roberto Arakelien (73), fue asesinada a golpes y estrangulada en una casa de Monte Grande. Por el brutal crimen, ocurrido en la mañana del domingo, los policías detuvieron a uno de los yernos.
Arakelien encontró con el cuerpo de la mujer cuando regresó de la iglesia. La puerta estaba abierta y la vio tirada en el comedor con manchas de sangre. Además, notó que le habían robado cerca de $50.000 y que las cámaras de seguridad no funcionaban por un corte de luz.
Los investigadores reconstruyeron que la pareja salió de su casa alrededor de las 9.30, mientras que la mujer -quien solía acompañarlo- decidió quedarse porque le dolía la cabeza.
A las 10.20, una cámara captó una camioneta Renault Kangoo blanca que pasó cerca de la iglesia, ubicada a unas cuatro cuadras de donde vive el pastor. Se cree que así pasaron para asegurarse que el hombre estaba allí. Luego, el vehículo se detuvo cerca de la casa de la víctima.
Lo último que captaron las cámaras de la casa fue a un hombre que bajó de la Kango a las 10.28 y cortó el suministro eléctrico. A las 10.41, una cámara vecinal mostró a esa misma persona retirarse del lugar en la camioneta con la que había llegado.
Durante la investigación identificaron a la hija del pastor, L. Arakelian (49), quien vive a 11 cuadras. En su casa encontraron la misma Renault Kangoo y durante un allanamiento ordenado de urgencia demoraron a su pareja, Magragone A. (60), y al hijo de ella. El hombre coincidía con las características del sospechoso que apareció en las cámaras.
En el registro de la casa de la hija del pastor secuestraron la camioneta, ropa recién lavada asociada al crimen y $50.000, la suma exacta de dinero robado. Al mismo tiempo, incautaron tres celulares – uno con manchas de sangre- y dos armas de fuego.
Se sospecha que el móvil podría tratarse de problemas económicos, ya que el pastor había formado una nueva vida con Isabel Soledad Salazar, 21 años menor que él. Su hija consideraba que esta nueva vida de su padre la estaba despojando del dinero y veía amenazada su posible herencia.