Las familias que soñaban con una nueva vida en el barrio cerrado Tiempos de Canning viven una pesadilla. Los propietarios denunciaron robos violentos y frecuentes, obras sin terminar, accesos sin hacer y un completo "estado de desprotección, abandono y desidia". Ahora, la justicia les dio la razón.
Esta semana, la jueza Gladys Cardoni dispuso una medida cautelar para que un perito contador revise los libros contables del barrio.
Los denunciantes, señalaron que, por la falta de obras, sufren incendios, robos y la imposibilidad de transitar los días de lluvia.
Tiempos de Canning, se compone de tres barrios cerrados llamados “Aeris”, “Veris” y “Lacus”, que cuentan con 664 lotes. El emprendimiento surgió en 2008, pero los compradores denunciaron que “luego de 14 años exactos recién están ‘casi’ culminándose la primera etapa".
Entre las acusaciones, los denunciantes señalan que no se terminaron las obras que les prometieron al momento de comprar la propiedad.
Además, advirtieron que la empresa se basa en un reglamento interno de convivencia para cobrarles expensas sin rendir cuentas y hasta “pagando sobreprecios”.
Denunciaron que “se paga sobreprecio en contratos de seguridad durante años, negándose a cambiar a pesar de numerosos reclamos. Y hay un listado de anomalías que suman inconsistencias que determinan la mala praxis administrativa”.
CAUTELAR
La jueza Cardoni determinó en la cautelar que: “en mérito a que las obras denunciadas inconclusas hacen en su mayoría a la prestación de servicios esenciales (agua, luz, comunicación, circulación, seguridad), de conformidad al acuerdo acompañado y la denuncia penal formulada, que hacen a la URGENCIA de la petición y ante la ausencia de un carril contractual idóneo para acceder a la información que les posibilite a los actores vecinos tomar conocimiento de la gestión de las mismas y su avance, entiendo que sólo a los efectos cautelares con la documentación traída, se abastecen los requisitos elementales para que proceda la medida solicitada, es decir verosimilitud en el derecho y peligro en la demora”.
ROBOS VIOLENTOS
En junio pasado una banda integrada por 9 hombres vestidos con ropa oscura y barbijos ingresó caminando por la parte trasera del country y, aprovechando que aún no tiene cámaras de seguridad, lograron reducir al personal de seguridad y desvalijar tres casas.
Los delincuentes ingresaron a la primera casa, ataron de pies y manos a la familia integrada por una pareja y dos niños. Los encerraron, les pidieron dinero agresivamente y los golpearon salvajemente.
Le vaciaron la casa completa: televisores, playstation, parlantes, celulares, computadoras, netbooks, etc.
Luego, un grupo se quedó en la primera casa y otro fue a la segunda casa de un matrimonio con un nene. Le abrieron la puerta y entraron con armas, los golpearon y les sacaron todo hasta las alianzas para luego llevarlos a la primera casa.
Después, fueron a la tercera casa, mientras que en las otras dos un grupo de gente cargaba lo robado en tres vehículos de las víctimas.
Los delincuentes hicieron el mismo procedimiento en en la tercera casa, en la cual vive una pareja joven con un nene y otro de meses.
El violento hecho duró más de dos horas y los delincuentes arrasaron con las pertenencias de los propietarios, quienes no pudieron hacer nada para impedir el robo, así como tampoco los guardias de seguridad del country al verse superada.
DESIDIA
Lo cierto es que, para los propietarios, el eje de todos sus males es el incumplimiento de los desarrolladores del proyecto.
Los compradores acusan que existe una confusión patrimonial “entre la desarrolladora y la administración del proyecto Tierras de Canning, lo que sumerge al complejo en un estado de desprotección, abandono y desidia”.