
No manejaba perfiles en redes sociales y se las rebuscaba para evitar las fotografías. Así como una semana aparecía rubia, a los días podía cambiar por un color moreno o pelirrojo. Del mismo modo cambiaba el color de sus ojos con lentes de contacto. Una mujer de mil caras e identidad falsa.
El constante cambio de look y las excusas absurdas formaban parte de las artimañas utilizadas por Gabriela Alcaraz (55), la acusada de haber matado a su novio, Lorenzo Oscar «Millón» Castro (67), generando un incendio en su casa en la localidad de General Cabrera.

Los pretextos por parte de la mujer siguieron hasta cuando la citaron para declarar como testigo en Río Cuarto. Teniendo en cuenta que se hacía pasar como una abogada que había sido jueza en Buenos Aires, esgrimió que estaba “realizando actividades tribunalicias” en la Capital Federal. También decía que era jueza.
Los investigadores montaron un operativo en un centro médico riocuartense adonde la convocaron diciéndole que le entregarían documentación necesaria para avanzar en la investigación y allí procedieron a arrestarla el martes cerca de las 21. Alcaraz, que se presentaba con una identidad falsa, quedó imputada de homicidio doblemente agravado contra Castro, un conocido rematador en el ambiente del turf.
Además se conoció que la acusada llevaba dos años prófuga por un delito idéntico en Buenos Aires, adonde la habían condenado a perpetua en 2023. Tenía pedido de captura internacional por Interpol.


