
“Esto es una empresa. Estamos construyendo nuestro imperio a la talla y a la medida que nosotros queremos. No paramos de mejorar, pero podríamos mejorar más rápido y más fuerte y más firme”. En el audio difundido por el portal Infobae, el sindicalista Juan Carlos Insúa se entusiasma con el negocio que tiene entre manos: la compra y el traslado de cocaína, a Villa Mercedes, en la provincia de San Luis.
Insúa no es un desconocido en esa provincia. Mantuvo relaciones políticas y gremiales durante hace años en esa ciudad. Fue representante del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) Corrientes y también miembro del gremio de Patrones Portuarios.
De acuerdo al expediente que lleva su nombre, usaba sus cargos como secretario adjunto en el Sindicato Obrero de Frigoríficos Empleado de Carne y Afines (S.O.F.E.C.A.) y en la Federación de Trabajadoras y Trabajadoras Agrarios (Fe.T.A.R.A) para traficar unos 5 kilos por semana de la sustancia blanca, que adquiría de un proveedor peruano, a través de la Ruta Nacional N°7, que la banda distribuía en Villa Mercedes y Merlo.
Uno de los audios que constan en la investigación -a cargo de Danilo Miocevic, titular de la Fiscalía Federal de Villa Mercedes, y la Procunar, encabezada por Diego Iglesias, y la Auxiliar Fiscal Florencia Compaired- revela cómo usaba esa coartada para evitar ser descubierto. Según la investigación, Insúa obtenía una ganancia de 35 millones de pesos semanales o su equivalente a 140 millones mensuales. En total, se estima que lavaron 1.200 millones de pesos.

Al mismo tiempo, los detectives detectaron que Insúa alquiló un campo, en supuesto carácter de delegado, denominada “Quinta de Fetara”, lindera a la ruta 8 y conocida como “El campo de merca”.
Efectivos de la Uniprojud de Buenos Aires de Gendarmería, la División Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de San Luis y la DUOF de la PFA realizaron 27 allanamientos simultáneos, por orden del juez federal de Villa Mercedes, Juan Carlos Nacul, que terminaron con 13 detenciones, entre ellas, la del sindicalista y su novia y su hijo.
Los agentes, además, secuestraron armas, vehículos, sumas millonarias de dinero y una máquina para contar los billetes producto de la aventura narco de Insúa.