Allanaron la casa de la masajista Beatriz Michelini. Fue en el marco de la causa que se le inició por falso testimonio luego de su declaración en el juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, que tiene al vecino Nicolás Pachelo como principal acusado.
El procedimiento se realizó en la casa que Michelini habita en Pilar, en el marco de la causa por falso testimonio, violación de elementos probatorios y encubrimiento agravado, que se le inició tras su declaración en el juicio.
El objetivo del allanamiento es encontrar las fichas de varios de los pacientes que atendía en el country carmel de pilar en 2002, entre ellas las de la exesposa del imputado Nicolás Pachelo y de la propia victima, publicó el periodista Diego Recchini en su Twitter.
LA DECLARACIÓN

La declaración de Michelini fue el 26 de agosto. Ese mismo día los fiscales pidieron su «Inmediata detención», por falso testimonio. Pero el tribunal rechazó el planteo por «venturoso y prematuro».
Su testimonio se registró en el segundo turno de la jornada, luego de la declaración del viudo Carlos Carrascosa, y ante la mirada de Horacio García Belsunce, hermano de María Marta, quien se quedó exclusivamente para escucharla.
«Conozco al señor Pachelo, lo recuerdo por las cámaras en televisión porque lo conozco de chiquito cuando iba al colegio con mi hija a los 13 años, pero no me lo crucé nunca más hasta hoy», afirmó la mujer de 65 años, aunque aclaró que una vez él la llamó por teléfono para ofrecerle un «abogado cuando salió todo esto de la causa», aunque ella le agradeció y lo rechazó.

En varios tramos de la declaración, Michelini dijo «no recordar» lo preguntado por Ferrari y se excusó en el tiempo transcurrido desde los hechos ocurridos hace 20 años; dijo también que el fiscal la quería «confundir», mientras que en un momento Horacio García Belsunce se retiró de la sala ofuscado con su testimonio.
El funcionario judicial le recordó que las «fichas» de sus pacientes habían sido secuestradas por el fiscal Diego Molina Pico y que luego le fueron devueltas, pero con la nueva investigación fueron requeridas nuevamente por la fiscalía, aunque le pareció «raro» que ya no estaban las de Inés Dávalos (expareja de Pachelo), Susan Murray, Guillermo Bártoli (cuñado de María Marta), ni la de la víctima.
«No se dónde quedaron esas fichas, yo entregue la caja pero después no me puse a revisar si estaban todas», respondió nerviosa.
EL DÍA DEL CRIMEN

La masajista afirmó que el 27 de octubre de 2002 llegó al Carmel a las 18.55 y que la vigilancia le pidió sus datos, que fueron anotados en una planilla que fue exhibida en una pantalla.
«Me anuncié, llamaron por teléfono, en la casa no contestaban, estaba lloviendo, me hicieron esperar adelante porque iban a mandar a un guardia a la casa de la señora. Estuve ahí un rato y vino uno de los guardias y me preguntó cuántas camionetas tenían (los García Belsunce). Les dije dos y me dijeron que había una. Me dijeron ‘puede ingresar, ya llegó el señor Carrascosa'», relató la testigo, quien no pudo precisar a qué hora llegó a la vivienda.
Michelini añadió que estacionó su auto «en unas piedritas en la entrada» a la casa y, cuando estaba por bajar su valija con sus elementos de trabajo y la camilla, «el señor Carrascosa» le dijo: «Bety no baje las cosas, María Marta tuvo un accidente».
«Abrí la puerta y subí por la escalera, al entrar me encuentro a la señora en el piso y a Carrascosa acariciándole el pelo, y le empecé hacer masajes sin saber. Le hice respiración boca a boca, le salía espuma por la boca. En ese momento, le digo a Carrascosa que llame a una ambulancia, que llame a Bártoli, el señor estaba acostadito, me llamó la atención, me asusté muchísimo», aseguró.
RECREACIÓN
El juez Ecke accedió a que el policía apostado en la sala de audiencias se tirara en el piso para recrear cómo estaba el cuerpo de María Marta, mientras que Michelini hizo del esposo de la socióloga, sobre el costado izquierdo.
Tras finalizar esa recreación, el magistrado le pidió con una sonrisa al efectivo: «No descanse, levántese usted».
Finalmente, la masajista aseguró que no tenía «intención de favorecer» al acusado Pachelo.
«El señor Pachelo no me interesa, no tengo ninguna intención de favorecer o beneficiarlo, la única perjudicada soy yo», sostuvo tras una pregunta de la defensa previo a finalizar el interrogatorio que duró más de tres horas. (Télam)