
El hecho ocurrió en la comisaría 10ª de Rosario. Un grupo de detenidos que estaba alojado en esa dependencia pidió agua a los policías. Cuando abrieron la puerta de la celda se les tiraron encima, les sacaron el arma a uno de los guardias y escaparon a los tiros. Un preso se entregó horas más tarde, mientras que dos de ellos continúan prófugos.
Claudio Brilloni, ministro de Seguridad de Santa Fe, arribó a la dependencia policial luego de la fuga y relató que, en total, había siete detenidos y tres consiguieron escapar.
TENÍAN SED
«Pidieron agua, abren la celda y se produce la pelea. Se trenzaron en lucha con los policías, no solamente esos tres sino también otros más», detalló Brilloni.

Vecinos de la comisaría observaron a varios hombres escapar corriendo de la seccional. Una mujer que fue testigo del escape contó que escuchó «dos disparos» y que los vio salir de la comisaría.
EN «TAXI» AL HOSPITAL
Por la balacera, el suboficial Diego Joaquín M., de 31 años, sufrió una herida y tuvo que ser trasladado de urgencia «por un taxista» a un hospital para salvarle la vida.
Según el diario La Capital, el agente herido presentaba una «herida de arma de fuego en hemitórax derecho con salida en segundo espacio intercostal derecho», razón por la que su estado reviste gravedad.