No estoy seguro de si al niño se lo llevaron o lo dejamos ir.
Lo dejamos ir nosotros, la sociedad. Permitimos que, a plena luz del día, unos idiotas criminales lo hagan desaparecer sin dejar ningún rastro.
Idiotas que -tampoco estamos seguros- pueden ser los detenidos actuales o idiotas que están al caer.
La investigación es una mezcla de distintas hipótesis que al parecer no tienen que ver una con otra pero -a la vez- si no existiera la otra no existiría una.
Es disparatado, pero cierto. Expliquemos esta situación por medio de situaciones: que lo atropellaron, que fue al naranjal, que lo captaron con fines de trata, que lo vendieron en adopción al Paraguay, que está en Córdoba y un imposible sin fin de opciones.
Como si estas teorías no fueran demasiado para quitarnos nuestro discernimiento, además tenemos un comisario detenido por plantar pruebas, búsquedas en cementerios, un exintegrante del ejercicio preso, una exfuncionaria influyente también en una celda, parientes que se contradicen, misma sangre de Loan que en testimonial miente, la tía presa en el complejo penitenciario de Ezeiza, un fiscal (de mínimo ineficiente y de máxima, cómplice) que aunque no sea más fiscal interviniente por decisión judicial, sigue tomando declaraciones en la causa.
Esto último no lo vi en 22 años de abogado. Termina en breve destituido por mal desempeño por el Consejo de la Magistratura o -por qué no y ya que los eventos lo aconsejan- imputado por encubrimiento.
Y mientras tanto Loan sigue sin aparecer, lo único que se presenta como razonable, ahora, es la intervención de la Justicia federal. El Juzgado Federal tiene fuerzas federales, facilidad en intervenir e investigar teléfonos, expertos en laboratorios y también tiene a Patricia Bullrich, a la que antes la justicia provincial no le daba (dicho por la propia Ministra), la información ni el espacio para poder ayudar.
Este problema parece haber terminado y ahora todos los federales están buscando a Loan.
Los medios de comunicación masiva instalados en Corrientes son los únicos responsables de la esperanza que aún tenemos todos de saber qué pasó con Loan. Lamentablemente todos sabemos lo que hubiera pasado sin la chispa que encendió en la opinión pública la prensa sobre este caso. Pensemos un segundo que, a pesar de las cadenas nacionales transmitidas en vivo desde el lugar, se animaron los involucrados a sembrar pruebas falsas y soportar presiones.
¿Qué hubiera pasado si solo se quejaba en la policía y lo buscaba la mamá? ¿Cuántos nenes no tuvieron la prensa de Loan en su desaparición? ¿Dónde están? ¿Qué les pasó?
Desde el caso Candela, en el cual participé defendiendo a un inocente, sostuve que la desaparición de un menor debe ser de competencia Federal y no perder tiempo en fuero de provincia.
Cuando transcurren los primeros 10 días para ver si se perdió o lo captaron, el único beneficiado es el delincuente que tiene tiempo, el tiempo es oro para esclarecer estos crímenes y evitar las muertes de los chicos.
Espero que pronto se resuelva esto y que aparezca Loan con vida. Y que, si eso no ocurre, por lo menos obtengamos el placer de ver salir del Congreso de la Nación una ley, la "Ley Loan", que determine competencia exclusiva al fuero federal en caso de menores desaparecidos.