
El juez de audiencia de Santa Rosa (La Pampa), Andrés Olié, condenó al comisario Cristian Martín Galván a un año y tres meses de prisión en suspenso por el delito de abuso genérico de autoridad. Se trata del policía que hizo trabajar a detenidos en su fiesta de casamiento.
Además, Galván fue inhabilitado de forma especial para ejercer cargos o empleos públicos durante dos años y seis meses. La investigación determinó que cuatro presos detenidos en la subcomisaría de Lonquimay trabajaron en la fiesta.
La sentencia estableció que, durante dos años, Galván deberá fijar domicilio y someterse al control del Ente de Políticas Socializadoras debido a la condicionalidad de la pena. Asimismo, se notificó la resolución a la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.
El fallo se basó en pruebas reunidas durante el juicio oral. Olié consideró acreditado que Galván, jefe de la subcomisaría de Lonquimay en ese momento, solicitó a Manuel Urrutia, Claudio Araneda, Denis Álvarez Pérez y Oscar Dante Sánchez —personas privadas de libertad— colaborar en el pub Veneto para distintas tareas durante el almuerzo de su casamiento. Los detenidos permanecieron en el lugar entre las 9 y las 18, y los hicieron hacer el asado, servir las mesas y limpiar el salón.