Nunca antes la burocracia del sistema quedó expuesta de manera tan evidente y tan trágica. Con múltiples mensajes de Whatsapp, María Isabel construyó un indignante diario en el que quedó documentada la falta de protección que derivó en su crimen.
Allí cuenta cómo aprovechó una charla sobre violencia de género para hablar cara a cara con el juez que tenía su causa, cómo los familiares del asesino la amenazaban a ella y a sus hermanas y cómo la burocracia le negó una y otra vez el cambio de carátula de "lesiones" a "intento de femicidio agravado por el vínculo".
También detalla cómo la justicia presionó a sus hijos para "que le dieran una oportunidad" a su papá, con quien no querían tener vínculo alguno.
María Isabel Speratti tenía 40 años y murió asesinada por su expareja cuando sacaba el auto para llevar a sus hijos al colegio. Ocurrió en la calle Paraná al 700 en la localidad de Cañuelas. El femicida tenía una denuncia perimetral que no le fue renovada en 2021. Los hijos, de 13 y 17 años, quedaron a cargo de una vecina, pero fueron testigos del horror.
Gabriel Alejandro Núñez pasó toda la noche estacionado en la vereda esperándola y la fusiló con cuatro disparos. El asesino escapó tras cometer el crimen pero fue detenido minutos más tarde por la policía comunal. Tenia en su poder el arma homicida, una pistola Bersa 9 mm.