Cuando los policías detuvieron al adolescente de 16 años, se dieron cuenta de que estaba acusado de al menos 20 robos de motos ocurridos durante los últimos meses en la ciudad de Río Segundo. Fue apresado junto a otro joven, de 22 años, cuando estaban forzando una abertura para ingresar a un comercio.
El menor ya había sido detenido en otras tres ocasiones y también habían allanado su casa del barrio "El Vado". Al parecer, no era un improvisado y no se movía solo. Sospechan que incluso era el líder de una banda que atacaba casi siempre de noche o madrugada, sin armas, ingresando a casas o negocios violentando puertas, ventanas o portones.
Lo más asombroso es que muchas veces ofrecían las motos robadas a las propias víctimas: esperaban a que ellas publicaran el hecho en las redes sociales y entonces una persona, se presume que podría ser la madre del joven detenido, se comunicaba para devolverle la moto a cambio de dinero. Así, cobraban entre 20.000 y 50.000 pesos dependiendo de la marca y el modelo.
Tras el último hecho, la fiscalía de Río Segundo decidió alojarlo en el Complejo Esperanza, el centro que alberga a jóvenes en conflicto con la ley penal.