Todo comenzó con la denuncia del hijo de la mujer asesinada. El joven tiene 20 años y se había presentado en la comisaría 6 de Mar del Plata, partido de General Pueyrredón, para denunciar que su madre nunca había regresado del trabajo y que no respondía las llamadas a su teléfono celular.
El primer lugar al que acudieron los efectivos fue, obviamente, la vivienda del barrio 9 de Julio en la que trabajaba realizando tareas domésticas. Antes de ingresar al domicilio, los agentes observaron a través de una ventana la presencia de dos cuerpos sin vida. Cuando entraron, confirmaron que se trataba de la mujer que estaba desaparecida y del dueño de la casa, identificado como Luis Alberto Carraro.
Ambos cadáveres presentaban lesiones de armas de fuego producidas por una escopeta monotiro calibre 36, que estaba junto al cuerpo del jubilado.
La causa, caratulada como "femicidio seguido de suicidio", quedó a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7 del distrito que encabeza el fiscal Leandro Arévalo.